A veces no todo en la vida resulta como lo piensas… Una imagina su vida futura, un trabajo exitoso, una linda familia, una hermosa casa, mucha felicidad, mucho amor, corazones y armonía….
Imaginas un esposo-amigo-amante-compañero que todos los días te haga sentir la mujer más maravillosa del mundo, alguien a quien admirar, amar, desear, imaginas unos niños hermosos que corran a recibirte y te llenen de besos, con quienes puedes celebrar sus pequeños logros y sentirte sumamente orgullosa, imaginas una casa linda, decorada con mucho gusto porque como tu esposo y tú tienen unos trabajos tan exitosos y son tan buenos profesionales, pueden darse el lujo de tener una casa finamente arreglada y tener a los niños en los mejores colegios de la ciudad. Hasta un perro tienen, hermoso, finísimo y educadísimo, of course, que no ensucia el jardín ni ladra de madrugada. Ah y el jardín de la casa es lindo también y las flores nunca se mueren ni el pasto se seca.
Y así imaginas, imaginas e imaginas por años, construyes tus castillos de arena y poquito a poco te vas a acercando a la vida soñada, esa vida que siempre quisiste para ti. Y un día despiertas y te das cuenta que no tienes nada de lo soñado, que tus esfuerzos por conseguir lo que siempre querías no sirven para nada, y solamente tienes la casa la cual queda muy grande para los dos, pero muy chica para tanta frustración acumulada.